Dentro de nada, las bolsas para la compra, tal y como las conocíamos de “usar y tirar” , pertenecerán al pasado. Esto es una muy buena noticia para nuestro planeta y también puede serlo para los comerciantes.
Las bolsas no van a desaparecer, siempre será necesario disponer de un contenedor cuando tengamos que llevar algo voluminoso o varias cosas a la vez. Cuando se nos haya olvidado nuestra bolsa tendremos que comprar una nueva, y cuando no nos quepa todo en la misma tendremos que comprar más.
Las bolsas se convierten en el vehículo perfecto para la imagen de marca. Actúan como publicidad portátil casi gratuita, al tiempo que pueden ser un buen regalo promocional. Y más ahora, una bolsa bien diseñada se utilizará por su funcionalidad y porque el cliente preferirá utilizar las que más le atraigan.
Este es un gran campo para la innovación. Si nos regalan bolsas originales, prácticas o con cualquier otra cualidad que nos seduzca, las usaremos más a menudo, la marca tendrá más difusión y evitaremos generar más basura innecesaria.
Podemos innovar en materiales (abandonando el nocivo plástico, usando tela, materiales naturales, reciclables), en formatos (mochilas, bandoleras, plegables, etc…) y en diseño(originales, corporativos)…
Lo importante es que se usen mucho, que sean útiles. El diseño puede ayudar a crear un mundo más sostenible.
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