Año del dragón

Hoy empieza el año del dragón en China. No pertenezco a su cultura y tampoco me interesa el horóscopo pero me he puesto a escribir sobre él porque ejerce una poderosa fascinación sobre mí, desde que era niña y creo que no soy la única.

Este es el único signo en el horóscopo chino que no un animal real, sino un ser mitológico.

Como diseñadora me resulta especialmente evocador porque es una imagen mental, un ser creado por la imaginación del hombre. Un “diseño” del inconsciente colectivo de diferentes culturas al que se le asociaban los valores que se querían transmitir. El dragón era una representación del poder, de la fuerza, usado en unos casos para amedrentar y en otros para infundir valor.

Existe en muchísimas tradiciones, con diferentes características y distintas simbologías. En Occidente encarna la lucha con un dios o un héroe en la cual el dragón podía asumir dos papeles: el de devorador o el de guardián.

En el lejano Oriente (China, Japón, Corea…) los dragones son benévolos y se asocian a la buena suerte, al contrario que en Occidente, donde normalmente son malévolos, exceptuando a la cultura romana para la que representaba sabiduría. En el cristianismo medieval, heredero de la tradición hebrea, simbolizaba el pecado.

Aunque he dicho que no me interesan los horóscopos espero que el cambio del conejo al dragón nos traiga esperanza. Creo en los símbolos porque refuerzan nuestros deseos, nos ayudan a materializarlos. El dragón como metáfora de lo que puede ser el año 2012, me parece un estimulante punto de partida, al menos en cuanto a actitud. Si en el pasado año nos hemos sentido como conejos acosados por depredadores, escondidos en nuestra madriguera, rindiéndonos al fatalismo imperante, en este año podemos sentirnos como dragones: volar, echar fuego por la boca ante todo aquello que nos parezca injusto, como poderosos seres míticos.

¿No es más alentador como imagen un ser alado y fogoso que un conejo al ajillo?

¡Feliz año del dragón!